Relato parto en casa Xiomara & Emilio

Durante nuestra gestación sabíamos que queríamos un parto Íntimo y natural donde papá también pudiera participar y en lo posible pudiéramos dar a luz en agua, así empezamos nuestra búsqueda y gracias a las redes sociales llegamos a LUA.

De la mano de Paloma y Amapola recibimos información que nos empoderó como familia, llevando una gestación consciente dónde aprendimos a nutrir nuestro cuerpo, a moverlo según las necesidades del mismo, a respirar y poder conectarnos con nuestro bebé disfrutando aún más esta etapa, también fuimos acompañados durante el proceso desde la parte emocional, interactuamos con otras familias intercambiando experiencias, en cada consulta ratificamos nuestra decisión de partir en casa y nos aseguramos de estar en completa salud para lograr nuestro objetivo.
Por sorpresa nuestro Emilio decide nacer en la semana 36, enfrentándonos a una situación que no teníamos prevista, dando un giro en nuestros planes. Al principio, creíamos que todo era una falsa alarma y tomamos las cosas de una manera muy relajada, creyendo que nuestro bebé nos daría la semana que estaba pendiente. En ese momento, pensamos en que no teníamos nada listo para su llegada, nos comunicamos con Paloma y Amapola quienes nos recomendaron ir hacer una ecografía para ver cómo se encontraba nuestro Emilio.

Ese 2 de mayo, no nos imaginábamos que íbamos a enfrentar la aventura más grande nuestras vidas. Pedimos un carro (casual y afortunadamente teníamos pico y placa), con destino a la toma de la ecografía. Mientras íbamos en camino, las contracciones empezaron a ser más fuertes y prolongadas, en ese momento, recordamos lo visto en las clases y eso contribuyó al manejo de las mismas. Durante la espera de la toma de la ecografía fue tan fuerte la contracción que Xiomy se agachó tocando el piso, al darse cuenta todas las enfermeras empezaron a gritar que estábamos en trabajo de parto y la ginecóloga nos sacó del lugar por miedo de que el bebé naciera allí, nos quería coaccionar para que nos remitiéramos con su conductor a la clínica más cercana, mientras esperábamos que llegara el conductor, paramos un taxi y ya estábamos en comunicación Paloma y Amapola quienes nos sugieren por cercanía remitirnos a la oficina de LUA para tomar una decisión.
Ya en la oficina (consultorio) nos sentimos en casa, empezamos a movernos a expresarnos aún más libremente, evidentemente estábamos en trabajo de parto activo, Amapola nos informa los posibles riesgos de recibir un bebé prematuro, nos manifiesta por un lado la tranquilidad de recibir un bebé que ha decidido nacer a pesar de estar en la semana 36 y como papás también manifestamos nuestra seguridad en querer continuar con el parto en casa con la intuición de que nuestro bebé no tendría ningún problema de salud (no pudimos realizar la ecografía que lo comprobara), no nos sentimos capaces de movilizarnos en auto nuevamente hasta nuestra casa, por fortuna Amapola y Paloma nos permiten dar a luz a nuestro bebé en la oficina de LUA.
Aunque no fue un parto en agua, tuvimos la fortuna de vivir una experiencia hermosa netamente fisiológica, pudimos comer y beber sin restricciones, aplicar lo aprendido durante clases y ratificar que como mamás sabemos parir y que los bebes saben nacer, no necesitamos ningún tipo de intervención, solo monitoreó a bebé y el acompañamiento y asesoría de las parteras.

Xiomy “Como mamá sentir mi aro de fuego, palpar la cabecita de mí bebe, apreciar el proceso atreves de un espejo y poder verlo atravesar mi cuerpo fue una experiencia sublime”.

Fabio “Como papá poder recibir mi bebé en mis manos fue la mejor experiencia de mi vida así durara poco ya que debíamos pasarlo inmediatamente al pecho de Xiomy, pero tenía mucha ansiedad de que diera a luz y poderlo sentir entre mis manos, sentir su piel, ver sus ojos, escucharlo llorar, en fin, fue un cúmulo de sensaciones difíciles de expresar, repito, así durará poco”.

Afortunadamente no necesitamos remitirnos a un hospital Emilio estaba super bien, solo le brindaron un poco de oxigeno para hacer un poco más amable su respiración, con toda la tranquilidad vimos el alumbramiento de la placenta, esperamos a que dejara de latir para que papá pudiera cortar el cordón. Allí no terminó todo, también las parteras nos acompañaron en el proceso de la difícil instauración de la lactancia siempre con la noción de que todo pasa, fueron 40 días de cuidados y amor donde nos sentimos consentidos y amados con un cierre de cuarentena excepcional.

Definitivamente como familia honramos su labor como parteras, desde lo más profundo las queremos y admiramos por hacer que nuestra experiencia fuera digna y respetada, por hacer que las familias cuenten con información necesaria para tomar sus propias decisiones.

Xiomara, Fabio & Emilio

Parto planificado en casa Bogotá
Mayo 2022