Nacimiento Illary

Parto en casa con parteras en Bogotá

Sin el ánimo de estigmatizar a cabalidad el modelo de pensamiento propuesto por el mundo occidental, desde hace algunos pasos recorridos en mi camino vital me he sentido inconforme con algunos aspectos de las formas propuestas desde la hegemonía. Por tanto, he buscado aplicar en los aspectos más trascendentales de mi vida alternativas que correspondan a otros modos de pensar, menos mecánicos y con fines más cercanos a lo humano, a lo realmente vital y al desarrollo del ser.

En éste sentido, la inigualable experiencia de ser cocreador de un «nuevo» ser humano y la responsabilidad que esto conlleva no es ajena a mi búsqueda y a mis elecciones. Es así, cómo desde el pensamiento, germen primigenio de la creación, junto al amor de pareja que me corresponde, materializado en éste plano en Cheryl, decidimos comprometernos en el desarrollo individual y como pareja para que el aterrizaje de nuestro bebé fuera en las mejores condiciones, en coherencia con nuestras posibilidades y con nuestra forma de pensar y vivir.

La premisa inicial fue buscar una partera o parteras, no obstante, desde nuestro desconocimiento veíamos dificultad en cumplir ésta premisa, pues observamos que a quiénes deseábamos que nos acompañarán en el camino de la gestación y el parto se distanciaban geográficamente de nuestro contexto y por nuestra situación laboral y otros aspectos nos era muy difícil hacer tantos cambios en nuestra vida para cumplir nuestra misión. Afortunadamente, y de manera oportuna de una fuente muy cercana nos referenciaron a LUA. Por experiencias de personas cercanas a conocidos míos, no había recibido buenas referencias frente al acompañamiento de parteras (os) urbanos. Sin embargo, por la cercanía y confianza de quienes nos referenciaron a LUA, nos dimos la oportunidad de indagar un poco más acerca de su labor. Es así, cómo concretamos una primera cita con Paloma.

Cómo pareja siempre hemos coincidido en darle un lugar especial a nuestro sentir frente a las personas y lugares con quiénes queremos iniciar algún tipo de relación, siendo éste sentir determinante al momento de decidir la continuidad o no en la relación con lugares o personas. Teniendo esto presente, la amabilidad y cercanía inicial que logramos percibir en

Paloma nos dio una muy buena señal. En el transcurso de la charla pudimos notar en ella bastante experiencia y conocimiento frente a todo el proceso de gestación, parto y posparto, lo que nos facilitó inmensamente tomar la decisión. Nos tomamos un tiempo para indagar otras alternativas y concluimos que en muchos aspectos LUA era la mejor opción para nosotros.

Habiendo tomado la decisión iniciamos nuestro proceso de formación con LUA, allí conocimos a otras maravillosas mujeres del equipo de parteras y doulas, entre ellas a Amapola, Juana y Marcela. Éste proceso fue muy gratificante para nosotros por la cantidad de dudas que nos fueron disolviendo, y su constante disposición a resolver inquietudes, además de la constante invitación a indagar mucho más para tomar lo recibido por parte de ellas con un marcado sentido crítico. Toda la información que nos brindaron, articulada con su característico sentido humano, nos llenaron de seguridad y constantemente nos confirmaron que habíamos tomado una excelente decisión frente a éste acompañamiento.

 

Desde que concebimos en pensamiento a nuestro bebé, y tomamos el compromiso de traerlo en las mejores condiciones, me sentí papá, obviamente sin dimensionar la maravilla que posteriormente llegaría. Desafortunadamente, nuestro contexto social y la cultura predominante invisibiliza la paternidad, claramente por el machismo y consecuente abandono por parte de algunos hombres a sus familias. Independientemente de esta invisibilidad social, mi labor y presencia cómo papá es latente e incansable. Sin embargo ha sido muy grato el reconocimiento que LUA me ha dado, pues se me ha permitido acompañar de cerca todo el proceso, reivindicando socialmente mi función cómo papá al ser parte activa de la gestación y demás procesos vitales para la llegada de mi hijo. Percepción que compartimos junto a otros papás con quiénes compartimos en algunos momentos del acompañamiento de LUA.

 

El modelo «tradicional» propuesto por el establecimiento nos niega la posibilidad de paternar desde la concepción, tanto así que para mi fue una desagradable sorpresa saber la gran desinformación que padecieron papás cercanos a mi, que aún queriendo ser parte activa del proceso de gestación de su bebé, sufrieron exclusión sutil y explícita en la gran mayoría de actividades qué se proponen desde el sistema de salud institucional para el acompañamiento al proceso de gestación.

Por esto agradezco inmensamente a LUA por permitirme empoderarme en la paternidad a partir del conocimiento brindado y la inclusión activa. Después de más de 48 horas de trabajo de parto en casa, acompañados de Paloma, Amapola y Marcela, nuestro hijo Illary decidió terminar de nacer en la Clínica Mederi.

Estamos seguros de que no era posible vivir la maravillosa experiencia de esas más de 48 horas en otro lugar que no fuera la intimidad de nuestra vivienda y en familia, horas en las que Cheryl fue la protagonista y quiénes la acompañamos estuvimos respetando totalmente su sentir, sus deseos y sus tiempos. Gracias LUA por permitirme estar dónde debo estar cómo papá y por darnos el conocimiento y seguridad para no dejarnos maltratar como familia y a Cheryl cómo mujer durante todo este proceso.

Cheryl & Alejandro
 Marzo 2022

Parteras en Bogotá

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